Título: Como
Skull
Género: Romance/Magia
Advertencias:
Según yo, la magia existe y se
manifiesta de formas muy raras.
Parejas: Tegoshi
Yuya x Masuda Takahisa [TegoMass]
Fandom: NEWS
Palabras: 3700
Tipo: One-Shot.
Tegoshi
me dejó una nota que decía “Cuida a mi perrito, me voy de viaje unos días”. Así
que tuve que ir a su departamento a traer dicho perrito, que según recuerdo se
llama “Skull”, un nombre muy rudo para un perro que no asusta ni a una mosca.
Lo que me enojó no fue que yo tuviese que cuidar al perro, cuando Tegoshi sabe
que me aterran, lo que me enojó es que se preocupó más por su perro, que por
mí, su novio.
Sin
embargo su perro, es como el propio Tegoshi, demasiado encimoso y cariñoso. Tal
vez por eso me encariñé con él.
…
A penas
Tegoshi le dejó la nota a mi novio y se fue al mejor lugar del mundo, una
pequeña y escondida playa a la que solía ir de niño. Al llegar a la playa se
encontró con una vieja amiga, hija de la llamada “bruja del pueblo”, convertida
en una señorita que siguió los pasos de su madre, habiendo estudiado “las viejas
artes mágicas”.
- ¡Tegoshi!
- ¡Nora-chan!
¿Cuánto tiempo sin vernos?
- Una
eternidad, recién habías debutado en dúo, me hiciste escuchar esa canción un
millón de veces, por lo menos.
-
Mentirosa, dijiste que te encantó.
- Así es.
–Contestó con cierta sonrisa de lado esa chica de cabello castaño y largo, que
parecía recordar bien su amistad con el Idol en cuestión. No faltó mucho tiempo
para que empezaran a intercambiar información de ellos, Nora, estaba muy
desconectada del mundo del entretenimiento por lo que Tegoshi tenía que
contarle prácticamente toda su vida desde que había debutado como “TegoMass”,
sin omitir ningún detalle.
Pasaron juntos
todo ese día en la playa, solo sentados y contándose tantos cosas que pronto
empezó a atardecer, fue cuando Tegoshi puso una expresión de cierta
preocupación, cosa que ocasionó que Nora le viese fijamente para descubrir que
le pasaba.
- ¿Te
pasa algo, Tegoshi?
- No,
bueno… -Tegoshi dudó unos segundos en continuar, pero terminó encogiéndose de
hombros y solo sonrió suavemente- Solo es que me preocupa mi novio, le dejé a
su cuidado a mi perrito y estoy algo preocupado.
- ¿¡Qué
hiciste qué?! –Nora se molestó en ese mismo momento- ¡Pero si a tu novio le
aterran los perros!
- Lo sé,
pero Skull es un perrito muy bueno…
- ¿Y no
pensaste en que era muy desconsiderado venir para acá dejando a dos seres que
quieres mucho sin aviso?
- No es
como si no los hubiese abandonado. Estaré unos dos o tres días por aquí, no es
para tanto ¿No crees? Estás exagerando, Nora. –Comentó vagamente Tegoshi,
jugando con una pequeña conchita que encontró en la arena.
- ¿Acaso
no sabes lo importante de tener una mascota? O peor aún ¿Una pareja?
- ¿De
qué te molestas tanto? ¡Yo solo quería venir a relajarme con una amiga mía, es
todo!
-
Pagarás por esto, Tegoshi –Contestó molesta Nora, si algo aprendió de su madre,
además de todas las viejas artes mágicas, es el respeto por los vínculos con
animales y personas, la profundidad de estas… Tegoshi solía olvidar esas
creencias de Nora, y más de una vez esa chica se molestó con él por esas mismas
razones. Por eso tenía mucho tiempo que no ha había ido a visitar.
Tegoshi,
después de eso fue tras ella, pues esta se había ido hacia su casa y el rubio
tenía la idea de pasar en su casa esos días de pequeñas vacaciones.
La madre
de Nora, les había preparado la cena y aseguró en cuanto entró su hija, que ya
sabía que se iba a molestar con su amigo. Nora solo entró al comedor para comer
rápidamente lo que había en su plato, tenía planeado algo en especial y no
quería ver a Tegoshi otro rato más.
Cuando
Tegoshi dio sus saludos a la madre de su amiga, esta se fue corriendo hacia su
habitación, Tegoshi estaba apenado pero no hizo más que comer esa cena que
amablemente le fue preparada, prometió a esa conocida señora que arreglaría las
cosas con Nora, y después decidió irse a dormir, el viaje fue cansado y
requería descansar.
Nora por
su parte… Bajó con su madre y tras explicarle la situación con Tegoshi, ambas
decidieron darle una lección que Tegoshi no podría olvidar.
…
Cuando
desperté me sentí demasiado… pequeño, me estiré y me quise poner de pie, pero
en cuanto lo hice mi peso pudo más que yo y quedé a gatas. Me sorprendió
aquello puesto que no había manera de estar cansado siendo que dormí un buen
rato, sacudí mi cabeza y de repente sentí que una mano me rodeaba, me asusté y
quise escapar, pero no pude…
- Lo sé,
Skull, es tú segundo día conmigo, pero vamos, tengo que alimentarte o Tegoshi
me matará.
Me quedé
quieto, un segundo, no… quizás más, quizás un minuto, esa era la voz de mi
novio, mi amado novio, y le estaba hablando a Skull.
-
¿Skull? ¿Estás bien? –La voz de Massu era de preocupación y moví un poco mi
cabeza, mirándolo, no solo era la voz de preocupación su rostro también estaba
así.
- ¿Por
qué me miras así, Skull? Te voy a cuidar hasta que Tegoshi regrese de su
viaje~, te lo dije ayer y hasta nos hicimos amigos
De
alguna manera se me hizo cómico lo que Massu dijo, ¿Él y Skull siendo amigos?,
solté una carcajada y me asusté de inmediato, callándome. Porque justo cuando
yo me “reí” escuché el ladrido amistoso de Skull.
-Vale,
vale, vamos a darte de comer~. –Massu volvió a decir, y me quedé quieto de
nuevo ¿Qué pasaba?
Parpadeé,
no podía creer lo que pasaba, y tampoco lo quería aceptar. Porque cuando Massu
dijo eso, sentí como si alguien me levantara, y de pronto todo en la habitación
de Massu parecía demasiado grande, parecía demasiado extraño. Sentí el calor
del cuerpo de Massu en parte de mi espalda y quise moverme, decirle algo a mi
novio.
“Massu”
quise decir, y de nuevo un ladrido se escuchó.
Llegamos
al espejo que estaba en la sala de la casa de Massu y me vi claramente, también
vi a Massu. Él estaba cargando a Skull, y sonreía yendo hacia su cocina, y yo…
yo era Skull, mi cara era de horror puro.
Massu dejó
a Skull en el piso, más bien, me dejó en el piso en lo que buscaba, lo que
supongo sería el alimento de Skull, digo, mi alimento, me asusté pensando en
qué clase de sabor tendría la comida de perro, suspiré y sonó como si Skull estuviese
impaciente por su comida, cosa que hizo que Massu se apresurara a servirme en
el tazón de Skull un sobre nuevo de comida para perro.
- Vamos,
ya está el desayuno, come~ Yo me voy a comer un poco de arroz y… Lo que haya
quedado de la cena de ayer… -Massu me presumió, sí me estaba presumiendo porque
personalmente nunca encontré atractiva si quiera a la vista lo que Skull comía.
Por unos
segundos me quedé quieto, Massu me miró y sonrió. Y no tuve más remedio que
intentar comer esa comida… Cuando di el primer bocado hundiendo mi cara en el
tazón de Skull, pensé “Ah~ no está tan mal”. Massu me sonrió de nuevo y para le
dije “¡Gracias~!” Solo que… tanto para sus oídos como para los míos, fue un
pequeño ladrido animoso.
Fue algo
incómodo para mí comer de esa manera mientras mi novio me veía, pero le resté
algo de importancia, pues total, realmente no me veía a mí, si no a mi perrito
Skull comer.
- ¡Mira
como quedaste!
Me
sorprendió su voz, y traté de reparar en el sentido de sus palabras, pero no
tardé en darme cuenta de a qué se refería cuando intenté avanzar hacia a él, y
noté como me costó trabajo desprender una de mis manos, digo mis patas del
piso. Tal parece que comer como un perro realmente tiene un modo y una gracia.
Mis
manos y pies, digo, mis cuatro patas estaban llenas de restos de comida, que
ignoro como se mancharon tanto, y mi boca, digo, mi hocico estaba tan pegajoso
que no podía ni hablar, digo, ladrar bien.
-
Tegoshi no me mencionó que comías así… Aunque ahora que lo pienso, comiste
perfectamente y pulcramente la cena, quizás, tenías hambre… en fin, no puedo
dejar esto así…
Fue
cuando recordé la obsesión de la limpieza de mi novio, él no iba a dejar su
cocina así… él no me iba a dejar así. Me dijo que no me moviera y lo obedecí,
no quería causarle problemas, y además me daba pesar moverme, puesto que lo
pegajoso de la comida, al caer en mis patas, se había adherido al piso.
Pronto
Massu me hizo pararme en una bolsa de plástico y limpió el suelo de la cocina
con una rapidez que me sorprendió, parecía tras unos minutos que nada había
pasado, y lo miré sorprendido, él, solo me miró y me dijo…
-Ahora
te toca a ti –Y fue cuando quise escapar. Mi novio me iba a bañar.
Pero mis
patas estaban ya adheridas a la bolsa de plástico, me costó desprenderlas y ese
tiempo que ocupé para ello, fue suficiente para que Massu me tomase entre sus
brazos, tenía un par de guantes puestos, pero eran sus manos, estaba cargándome
ya hacia su baño, y no había salida para mí.
Cuando
entramos al baño, vi ya preparada una pequeña tina nueva, con agua tibia en su
interior, la cual ya tenía también algo de jabón, a lado distinguí el shampoo
especial de Skull, supongo que Massu lo agarró de mi casa cuando fue a recoger
a Skull a mi departamento. Dirigí mi vista a mi novio y él me sonrió, y cerró
la puerta en cuanto me vio ya tranquilo.
Pero yo
sentía pánico.
Alguna
vez, jugando con Massu, siendo yo mismo, le propuse que me bañara, obviamente
yo quería solo provocarlo y lograr algo más, pero él se negó diciendo que se
tenía que dormir temprano. Yo sé que él sabía mis intenciones en aquel momento.
Ahora,
yo no quería que me bañara, aún si estaba en el cuerpo de mi perrito, no quería…
Si Massu supiera que yo era su novio…
Muy
tarde lo pensé porque pronto sentí todo mi cuerpo menos mi cabeza, mojado. El
agua estaba a buena temperatura, y por instinto sabía mantenerme flotando un
poco, pero al notar eso, Massu, quitó un poco del agua con una bandeja, temido
que pudiese pasar algo malo. O eso quiero pensar.
Se quitó
sus guantes, y en sus manos dejó caer un poco de mi shampoo, digo del shampoo de
Skull… ¿O sí era mío? Da igual, pronto lo puso sobre mi cabecita tras humedecerla
un poco. La espuma se hizo presente en segundos.
Debo
admitirlo, no era tan malo.
Massu no
sentía tanto pesar ni mostraba duda al bañar a Skull, digo, al bañarme, pasó
sus manos por todo el cuerpo de Skull, digo mi cuerpo, dejando limpia cada
parte, pronto se me olvidó si quiera que había estaba realmente asqueroso hacia
unos momentos. Massu era bueno limpiando.
Me sacó
del agua escurriendo, y me dio frío de repente, Massu debió notarlo pues no
tardó en hacer un puchero muy pequeño y ponerme la toalla de Skull encima y así
secarme muy bien.
Si de
algo estoy seguro es de que Massu era muy bueno en esto, y era un poco mejor
así, puesto que al ser yo Skull, el no mostraba dudas de nada. El no habría podido
mantener su cordura si yo estuviese en mi cuerpo normal.
Cuando
Massu consideró que estaba realmente seco y limpio me llevó a su
habitación y me dejó en el piso, advirtiéndome
que vendría en segundos, pues tenía que acomodar el baño como es debido. Ladré,
afirmando, ya no me era tan raro.
Massu se
fue y yo me dediqué a caminar por su habitación. Era muy raro caminar así.
Conocer la habitación de Massu así era diferente, pese a que yo ya conocía como
era ese cuarto, era muy diferente al conocerlo de esta manera, había detalles
en los que no me había fijado bien, como todas esas fotos pegadas en la pared
de Massu. Había una en la que estaba conmigo, al centro, con una pegatina con
forma de corazón, sonreí, o eso intenté. Pero solo tenía una foto conmigo. Las
demás fotos eran de él con otros amigos a quiénes yo no conocía de nada, creí
reconocer a Nakamaru de KAT-TUN en un par de esas fotos, a Keii-chan y a Shige
en otras más, a la familia de Massu. En fin había muchas fotos, y solo en una
aparecía yo.
Me sentí
celoso. ¿Por qué tenía tantas fotos de tanta gente y de mí, que soy su novio,
solo tenía una? Pero luego recordé que yo no tenía ninguna foto de él en mi
departamento. No merecía estar celoso.
Intenté
trepar a la cama, y tras un par de intentos y clavando una de mis garritas en
la colcha de la cama de Massu lo logré, di un par de pasos y me acomodé en la
almohada de Massu. Olía a él. No sé cuándo pero me quedé dormido ahí.
…
Nora y
su madre estaban en la habitación donde el cuerpo de Tegoshi dormía, o al menos
parecía que dormía, esa habitación estaba llena de velas, y ellas dos solo
murmuraban cosas que solo entre ellas dos entendían.
…
Cuando
desperté, fue porque Massu me llamaba y muy insistente, debo de decir, cuando
abrí mis ojos me encontré con su mirada y le ladré en modo amistoso, el me
acarició la cabeza.
- Vamos
a dar un paseo.
Y antes
de que me opusiera me puso un collar, el cual no me había percatado de que no
tenía, sacudí mi cabeza, era algo incómodo, pero tras unos segundos olvidé que
lo tenía. Me puse de pie sobre la cama y Massu me sonrió. Ahora él estaba
buscando algo en el la mesa que tenía al otro lado de la habitación.
Di un
par de pasos y brinqué de la cama, y volteé a ver a Massu. Y cuando lo vi, supe
que buscaba; la correa de Skull.
Dejé que
me la pusiera a regañadientes, me sentía muy tonto así, si Massu supiera que le
estaba poniendo una correa a su novio… Seguramente no terminaría en ir de paseo
al parque, como seguramente ahora tenía planeado.
Salimos
de su casa y fue sorprendente el cambio. Yo conocía todo ese lugar, pero
conocerlo en el cuerpo de Skull era diferente por completo, en definitiva todo
era mucho más grande, más vistoso y más interesante, caminaba por doquier, como
si de verdad no conociera, solo que a veces me sentía limitado.
- Lo
siento, Skull no conoce por aquí…
- Lo
siento, es un buen perrito, solo está explorando…
- Lo
siento, Skull no quería meterse en su camino solo es un perrito curioso…
Massu se
disculpaba a cada rato, y pronto empezó a jalar la correa con algo de fuerza,
para hacerme caminar junto a él nada más. Sin embargo al llegar al parque me
dejó correr y fui feliz. Sin que yo me diese cuenta, Massu había llevado una
mochila de la cual sacó una pelota de soccer en miniatura. Me di cuenta de que
era una pelota especial para Skull, yo no la había comprado, así que Massu
debió hacerlo en cuanto supo que me cuidaría, digo, que cuidaría de Skull.
Me la
aventó en cuanto soltó la correa del collar que él me había puesto y entonces
entendí porque rayos a los perros les gustaba tanto perseguir pelotas.
El juego
de aventar la pelota duró demasiado, y no si se deba a mi voluntad, a que Skull
está en forma o algo así que aguanté mucho tiempo jugando, hasta que tras haber
perseguido mi pelota, digo la pelota de Skull, descubriendo que el olfato
servía para ello, detrás de unos cuantos juegos infantiles que Massu dijo: “Vámonos
a casa”, me sentí tan cansado que al ver a Massu, creo que entendió como me
sentía porque no me puso la correa, solo me levantó en sus brazos.
Al
regresar a casa Massu adivinó que me sentía hambriento y me sirvió de nuevo en
el tazón de Skull, y esta vez, tuve cuidado de no mancharme tanto, así que para
esta ocasión Massu solo me limpio la boca, digo el hocico, me sentí orgulloso
de mi mismo.
Pasamos
esa tarde en su sillón, al parecer él también se cansó mucho, por lo que
decidió poner una película. Y yo estaba encantado. Massu me estaba abrazando y
acariciando mi cabeza mientras la película transcurría. Él nunca lo habría
hecho en mi cuerpo real.
Pero
algo malo sentí que venía, y lo siento no sabía cómo evitarlo, no quería
causarle problemas a mi novio y me arrepentí de no haberlo hecho en el parque.
Tenía
que ir al baño.
Salté de
los brazos de Massu y eché la carrera más rápida que pude al baño, pero estaba
cerrada la puerta. Sentí que solté una maldición, pero sonó como un ladrido molesto,
que no sé si Massu escuchó.
Corrí
hacia la puerta de la casa, tenía la esperanza de que estuviera abierta y
pudiera satisfacer esa necesidad, pero también estaba cerrada, fue cuando Massu
se dio cuenta de que algo malo pasaba pero ya era muy tarde…
Me
avergoncé de mí mismo, bajé mi mirada y me alejé de la puerta, cuando Massu se dio
cuenta puso cara de asco, y luego me miró…
- Skull…
Me fui
corriendo hacia la habitación de Massu que sí estaba abierta, no quería ver
como Massu limpiaba mi “graciosidad”. Quería llorar de vergüenza.
Entonces
entendí un poco a Skull, cuando se ponía loco corriendo por todo el
departamento, era por esa sensación, tal vez él no lo sentía tan claro como yo,
pero él no me quería ver molesto, y quizás si entendía el fastidio de limpiar
aquello. Cuando Massu me llamó, digo llamó a Skull me asomé por la puerta, mi
novio sonrió aliviado y le acarició la cabeza.
- Todo
está bien.
Y de alguna
manera sabía que así era, me di el lujo de treparme sobre él y lamer su mejilla,
Massu me acarició un poco más y me llevó a la sala en sus brazos. Terminamos de
ver la película.
Massu
hablaba conmigo, era un poco raro, pero lo hacía, claro, me llamaba Skull, pero
se dirigía a mí, y yo cada vez le respondía lamiendo su mejilla o ladrando en
plan amistoso. Massu me contaba cosas que yo ya sabía, me contaba de su
trabajo, de su familia… y de mí. Es decir, de Tegoshi.
- ¿Sabes? No es que me caigas mal Skull… pero
yo quería pasar estos días con Tegoshi, ¿Sabías que él es mi novio desde hace
poco? Claro que lo sabes ¿Verdad? Pero justo cuando le pienso llamar para que
venga a mi casa a pasar nuestros días libres me encuentro con que me dejó una
nota diciendo que se va de viaje ¿Cómo me puede tratar así?
Y
nuevamente me sentí mal, muy mal…
- No sé
ni a donde fue, no me ha contestado ninguna llamada, ni me ha mandado un
mensaje… Me siento olvidado… -Massu suspiró y yo me sentí peor. Me acerqué a él
y lamí su mejilla muy cerca de sus labios.
- Hasta
tú eres más considerado que él… -Me dijo y fue cuando quise llorar.
Nos
fuimos a dormir, y me acurruqué junto a él, pues Massu se dejó, me sentí
agradecido de que al menos el estar conmigo, en el cuerpo de Skull, hizo que
desapareciera, al menos un rato su miedo a los perros.
Y entonces…
desperté llorando.
…
Nora fue
quién vio a Tegoshi en cuanto este abrió los ojos.
- Debo
irme.
- Lo sé.
- Es tú
culpa ¿Verdad?
- Me
conoces –Ella se encogió de hombros con una sonrisa- cuando vuelvas tráelos
contigo.
- Cuenta
con ello. –Tegoshi sonrió. Y agarrando todas sus cosas, tomó el primer camión a
Tokio, tenía que ver a su perrito… y a su novio.
Tegoshi
llegó a la ciudad alrededor de las 9 de la mañana, y no reparó en nada más que
ir corriendo a casa de su novio, sabía que estaría en casa, y también ahí estaba
su amado perrito. Llegó casi volando y sin aliento, pues había recorrido todo
el trayecto de la terminal de camiones hasta la casa de su novio sin un solo
momento de descanso.
Tocó la
puerta, y el timbre, muchísimas veces, desesperado, tenía que verlos. Escuchó
como su pequeño perro rasgaba la puerta y Massu decía adormilado algo similar a
“Ya voy~”.
Massu
quitó el cerrojo a la puerta. Tegoshi se entumeció. Massu abrió la puerta
lentamente. Tegoshi sonrió. Massu se sorprendió de verlo. Tegoshi se le colgó
de inmediato al cuello. Massu solo sonrió haciéndolo entrar.
- ¿Y qué
pasó con tu viaje?
Tegoshi
negó en lo que se sentaba en el sofá cargando a Skull y mirando a su novio.
Suspiró y le llamó a que se sentase con él.
- Te
amo, Massu.
Massu
solo sonrió, ruborizándose a penas y un poco, desvió su mirada pero no pudo por
mucho, porque Tegoshi le dio un tierno beso.
- Y a ti
también, Skull.
Pasaron
esos tres juntos, los días siguientes hasta que Massu y Tegoshi tuvieron que
regresar a trabajar, pero no sin antes planear el viaje donde Tegoshi haría que
Nora conociese a dos seres que amaba con todo su ser. Porque no iba a permitir
que Skull se sintiese menos por hacer alguna travesura o algo así, y tampoco
iba a dejar que su pequeño perrito fuera más considerado que el mismo con su
novio.
Por eso
días después, después de pasar la noche en casa de su novio, le despertó con
unas palabras algo juguetonas;
-Massu…
¿Y si me bañas hoy?
Y por
alguna razón, Massu no se negó.
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La inspiración de este fanfic fue presisamente el ItteQ de hoy. Sí, ver a Tegoshi vestido de perrito me afectó mucho(?). Espero les guste, y recuerden los comentarios son los que motivan a escribir más y más~~