sólo diré... Akatsuki.
Capítulo 7 *Final*: Castigo
Tegoshi, ángel de viento.
Aceptar que
el demonio que mandaba en el infierno era un egoísta pervertido era difícil
para mí, y más aún para mí que mi Taka lo admirase o respetase tanto como
creía. ¿Él no conocía esa historia? ¿No sabía que por su culpa Keiichiro le
odia y, que si no le odiase podríamos estar juntos?
Tal vez
Taka no lo sabía, pero pese a saber la historia detrás de la actitud de
Keiichiro se me hace algo impensable odiar a los demonios, odiar a Taka… bueno
jamás podría con eso. Además el que conociera la historia no iba a cambiar mi
deseo de ver a Taka pese a todo, el deseo de estar con él seguía siendo mi
prioridad, nada iba a poder cambiar eso.
Aunque los
demás no querían o podían entenderlo… Sabía que estaba mal y que no debía
sentirme así… pero mi estado de ánimo era cada vez peor.
Ya no
sentía ganas de vivir, y me aseguraba no sólo a mí mismo si no a todos que ver
a Taka me ayudaría… todos decían que seguramente mentía porque quería verlo… Y
tal vez eso era cierto, quería verlo.
Pero tal
vez era imposible, Keiichiro jamás me dejaría salir del cielo si quiera y menos
en estas condiciones mías… y del propio cielo que sobra decir que cada día era
más deprimente de ver… me daba pena pero no podía hacerme sentir mejor…
Fue una
tarde que intenté cantar y logré que lloviera cuando ciertos seres me
visitaron, eran Taisuke y Yuta, dos ángeles, que estaban al servicio de Yuichi
y Tatsuya… Ambos tenían un aura de felicidad pero se veían decaídos… de nuevo
mi culpa…
-¿Cuánto tiempo
has llorado? –Dijo Taisuke.
-¿Eh? –Le
contesto entre sollozos, creo que ya es normal que llore.
-Nosotros
te comprendemos –Dijo Yuta.
-No es
cierto, nadie me comprende… nadie es capaz de saber cómo me siento.
-Comprendemos
que quieres verlo… comprendemos que esto empeorara mucho si no lo ves… sabemos
que no podrás seguir así… -Dijo Taisuke
-¿Ah, sí?
¿Y qué pretenden? –Les dije bruscamente.
-Ayudarte,
tanto como nos sea posible –Dijo Yuta.
-¿Cómo?
–Dije un poco esperanzado, alcanzaba a notar la nota de completa sinceridad en
esos dos ángeles.
-Escaparemos
del cielo –Dijeron juntos.
Me caí del
susto, pero luego los miré de nuevo, no mentían lo sé… ¿Por qué mentirían? Pero
aun así… escapar, era muy descabellado, extraño, no bueno y sí, lo admito muy
tentador… Quería escapar pero ¿No causaría más problemas así?
-Pero…
-Tú no
puedes seguir así… -Yuta me dijo.
-Los
arcángeles ahora mismo están por ir a la junta de esta estación… han decidido
que ya no los acompañaremos, así que podemos…. ¡Las puertas del cielo no tienen
vigilancia! –Explicó Taisuke visiblemente animado.
El plan era
tentador… y la situación se prestaba para ello… y yo quería ir… No pasó mucho
tiempo para que me convenciesen… me cambió el humor y se notó un poco de
alegría y fuerza dentro del ambiente, me sentí feliz… esa sensación de que algo
va bien no al tenía desde hacía mucho.
Emprendimos
el camino hacia la puerta del sur, era según Yuta más seguro ir ahí… aunque el
camino para ir luego a la tierra era el más largo. No importaba… tal vez podría
verle…
-Oigan y
¿Cómo sé que podré ver a Taka?
-¿Eh?
–Dijeron juntos.
-Yo ahora
saldré del cielo para poder verlo… pero y ¿Si el no sale del infierno? Yo tengo
prohibido entrar al infierno…
-No te
preocupes, eso está solucionado… lo verás… aunque no hoy… -Dijo Taisuke.
No les
contesté pero confiaba mucho en ellos, me había prometido lo que yo quería… no
serían capaces de mentir, lo hubiera sentido si así fuese. Tenía confianza en
que tendrían razón… ¿Hoy no? Bueno tal vez... pero lo vería pronto…
Cruzar la
puerta del sur no fue complicado, yuta pertenecía esos dominios así que no hubo
problemas, seguimos el camino, caminamos, volamos, caminamos y volvimos a
volar, así fue un largo trayecto que al parecer Yuta y Taisuke conocían bien…
pronto conocía un poco el camino…
Descendimos
y me indicaron que ocultara mis alas, lo cual hice al mismo tiempo que ellos.
Yo conocía ese camino… Era el camino a la ciudad cercana en la cual Taka y yo
estuvimos juntos cerca de dos semanas.
Me sentía
con más energía y ganas… Taka… su voz, su cuerpo, los recuerdos que hicimos
juntos, los abrazos, las caricias, y ese único beso… lo recordaba… Yuta dijo
que se notaba mi emoción por que hasta nuestra aura se iba poniendo cada vez
más agradable y cálida…
Cálida como
la sensación que tenía cuando veía a Taka, esa sensación que me clasificado
como ‘Amor’. No tardamos mucho en llegar a la casa de YamaPi y Shige a la cual
yo los había guiado… fue Shige quién me abrió.
-¿Un ángel?
-Soy yo,
Shige…
-¿Yuya?
-Si…
Taisuke y
Yuta se fueron… porque yo les dije… no quería que los regañasen, me vi obligado
a contarle todo a Shigeaki…
-Valla… así
que eso pasó… Keii-chan ha sufrido mucho ¿Verdad? Es mi culpa…
-¿Por qué?
-¿No lo
adivinas?
-Yo soy
Shige… soy un alma Tegoshi… yo pasé por todo lo que has dicho… aunque bueno
ahora que lo veo... Quizá Keii-chan no sepa muchas cosas.
Ahí me
percaté de las lágrimas de Shige y me sentí mal por hacerlo llorar, esa no era
mi misión… entonces... ¿Qué pasó? De verdad me moría de ganas pro saber.
-Nunca
pensé que mi situación afectase a tantos… lo siento Yuya…
-¿Eh?
-Te dije
que yo estaba así por un castigo que me dio al fuerza divina superior a la
fuerza de un ángel o demonio ¿Verdad?
Asentí con
cautela, se avecinaba una historia…
-Yo dejé de
existir un tiempo… porque como dices Ryo-sama intentó convertirme en un demonio… se podría decir que morí... dejé mi cuerpo humano pues este se
consumió.
“Pero yo no
estaba listo para morir…
“Sólo tenía
conciencia… podía ver a Keii-chan, podía ver a Ryo… cuando quisiera, podía
hablarles pero jamás me respondían, yo sólo era una esencia invisible para
ellos.
“Dolía…
porque yo sabía que Ryo me quería y que Keiichiro me amaba… y yo estaba confuso
acerca de ello, pero pronto mi fuerza vital, la que mantenía a mi esencia… se
acabó… lo sentí…
“Poco
después creí haber despertado de un sueño… Alguien me había encontrado… alguien
me daba fuerza… lo sentía… creía regresar a la vida.
Me
confundí, Shige no se explicaba muy bien.
-Lo siento,
soy malo expresándome así…
“Yamashita
de alguna manera pudo dar conmigo… dependo de él… creo… él me dijo que mi
castigo era vivir.
“-¿Vivir es
un castigo?
“-Lo es
porque tu no vivirás ni como humano, ni como ángel ni como demonio…
“Recuerdo
que me confundí, Yamashita era alguien importante al parecer, sabía mucho y de
todo… comenzamos a vivir juntos puesto que aunque pareciera que me mantengo por
mi cuenta necesito de él…
Levanté mi
mirada. Yo estaba confundido ¿Yamashita era tan importante? ¿No sólo era un
demonio? Pensé que así era…
-Es muy
complicado Yuya, es lo mejor que lo puedo explicar, yo era un humano enamorado
y confundido a la fecha no sé si quiero a Keii-chan o Ryo-sama, o es más no sé
si siento algo por Yamashita. Sólo sé que de alguna manera mi castigo por
meterme en relaciones de seres mayores a yo tiene un precio alto… No puedo
hacer nada…. Yo no puedo estudiar… No puedo trabajar, no puedo hacer nada…
Estaba
triste… todo era el resultado de haberse enamorado de un ser del que
posiblemente no debía… había causado dolor…
-Pero… Te
veías feliz.
-Aparentar
ser feliz es lo menos que puedo hacer…
Caímos en
silencio que le rompió por prender la televisión y mirar al vacío... estuvimos
así mucho tiempo hasta que llego Yamashita…
-¿A qué has
venido?
-Sé
que si estoy aquí… podré ver a Taka –Le dije decidido. Me sonrió y me dijo
mientras alborotaba mi cabello…
-Podrás
verlo…
No
sé cuánto esperé con esa esperanza, eran días largos con mucha ilusión que
procuraba no matar… Keiichiro no había ido a por mí todavía… ¿Eso era buena
señal?
Masuda, demonio oscuro.
A
pesar de saber todo, a pesar de saber de por qué no debía ver a Yuya
yo quería verlo y decirle que lo
amaba, quería verlo y sentirlo, quería verlo y besarlo, y el no poder acabada
no sólo conmigo si no con todos a mí alrededor, mi humor cada vez era peor.
El
tiempo transcurría con extrema lentitud pero
pasaba, no hacía nada en todo el día y la noche… mi cara no tenía ningún
tipo de expresión, a veces me soltaba a llorar cuando el dolor era insoportable
y las lágrimas calientes lo aliviaban de alguna forma.
En
un determinado momento alguien fue por mí… Kazuya de nuevo pero ahora venía
Ryosuke también… me sorprendió mucho verlos… me sacaron de la gran mansión sin
mucho esfuerzo casi no tengo fuerzas para hacer nada.
ME
doy asco de ser tan patético ¿Dónde quedó el Takahisa musculoso, sonriente,
poderoso y con ganas de hacer lo mejor?
¡Ah! Ya lo sé, quedó con las esperanzas de ver a su amor…
Pero
cuando puedo ser consiente veo que nos dirigimos a la puerta que ayuda
custodiar Kazuya del infierno… Me detuve en seco…
-¿Qué
pretenden ustedes dos?
-Evitar que
mueras de una muy posible depresión –Contestó Ryosuke.
-¿Eh?
-Nadie
puede soportarte así ¿Sabes? Si ver a ese estúpido ángel te pone mejor… -Decía
Kazuya…
-¡Yuya no
es ningún estúpido! –Dije alteradamente enojado.
-Ya, vale,
como sea… lo verás… -Dijo Ryosuke
No les
entendí… pero ir hacia una puerta era arriesgado, Seguramente Jin estaría al
tanto y no nos dejaría pasar por nada del mundo, pero ellos seguían el camino como
si nada, y cuando atravesaron la puerta yo dudé en salir…
-¿Qué
esperas? –Dijo Ryosuke con impaciencia.
-¿No nos
castigarán si salimos?-Dije, la verdad o dije con cierto aire de ‘soy superior’,
estaba seguro de recibir una reprimenda si nos salíamos sin permiso.
-¿Qué no lo
sabes? –Dijo nuevamente impaciente Ryosuke.
-¿Eh?
-Hoy es la
junta estacional… Los demonios mayores han acordado con los ángeles no ir nunca
más con sus guardianes… por seguridad –completó la idea Kazuya…
-¿No hay
vigilancia?
-Ni un poco
–Aseguró Kazuya… Y salimos del Infierno….
El camino
para llegar a la Tierra no era muy largo pero si peligroso. Así que fuimos con
cuidado… pero las dudas para mi eran muchas ¿Podría ver de verdad a Yuya?
¿Podía confiar realmente en Kazuya y n Ryosuke? ¿A dónde iríamos?
No lo
sabía, pero una decisión ya tomada era el abandonar el Infierno, pues ahí nunca
vería a Yuya, los ángeles no pueden entrar al Infierno así como yo no puedo
entrar al Cielo…
Caminamos,
volamos, recorrimos un largo trayecto... era todo tan distinto sin ir con los
demás demonios, e íbamos en silencio… no sé en qué pensarían esos dos… ¿Por qué
ayudarme? No lo sé, pero me convenía.
Tengo mala
memoria.
-¿Takahisa?
–Dijo en susurro Ryosuke
-¿Qué?
-Sé más
discreto….
Y me di cuenta
de que todavía tenía mis alas extendidas, las recogí avergonzado… Y ahí me di
cuenta de que no sabía a donde iba…
-¿Dónde
pasaste el tiempo que estuviste en la tierra…? ¡Ryo-sama buscó como loco pero
nunca te encontró! –Dijo Kazuya…
-Era una
casa de madera… grande con un jardín… muy verdoso y mucha luz…
-Eso ayuda
mucho –Dijo Ryosuke muy sarcástico.
-Lo siento…
Kazuya me
tomó del hombro y me sonrió, ¿Me estaba dando ánimos? Tardamos mucho en
encontrar la ciudad que era… varios días… pero cada vez yo iba de mejor humor…
Yuya… Yuya… era mi motivación.
Pasaron
varios días, pero yo no perdía mi motivación, los dos demonios se sentían
inseguros pues sentían que Mi Señor Ryo llegaría en cualquier momento…
Pero llegué…
-¿¡Taka?!
-¿¡Yuya?!
Ahí estaba,
en ese jardín, esperando, viendo a cada lado de vez en cuando, cuando mi mirada
se cruzó con la de él… Seguramente mis ojos eran como los de él en ese momento…
me sentí feliz y no me di cuenta de cuando Kazuya y Ryosuke se fueron, yo corrí
como si mi vida dependiese de ello a estrecharlo... a abrazarlo... a levantarlo
del suelo en sonde estaba sentado. Quería decirle todo y nada al mismo tiempo…
Su sola presencia me alegró.
En cuanto
lo sentí en mis brazos sólo lo pude estrechar contra mí… sentí algo húmedo… en
mi cuello y en mi propio rostro ¿Lágrimas? Yo no estaba triste, ni él tampoco
¿Lágrimas de felicidad?
Tal vez sea eso…
-Te extrañé… -Me dijo.
-Yo también…
-Dije mientras acariciaba su dulce rostro…
-Taka yo…
-Dime –Le dije
más feliz que nunca, su voz era única, su aura tan mía, todo él era una
maravilla.
-Te… a… -No
podía hablar…
-¿Tea? –Dije
confuso.
-Te am… -Se
le iba la voz…
-Yuya…
-¿Ah?
-Yuya, te
amo más que a nada en el mundo.
Y lo que
siguió fue que caímos al suelo por el impulso que tomó Yuya para abrazarme… me
moría por besarlo... probar de nuevo esos maravillosos labios que me llamaban y
que sabía que sólo yo había probado… Dirigí su cara a la mía... él sabía lo que
venía y no puso oposición, estaba él sobre de mí y yo lo iba dirigiendo hacia a
mí… cada vez más cerca… sentía que había pasado una eternidad desde que lo
había visto. Y ahora lo necesitaba conmigo.
-¡Alto ahí!
–Era la voz de YamaPi, y por reflejo nos separamos del casi beso que nos dábamos,
lo miré con mala cara y Yuya sonrió apenado –No me mires así demonio bonito…
¿qué pasó la última vez que besaste a ese ángel olvidadizo?
Yuya me obligó
a levantarme cuando él se despegó de mí y sonrió sonrojado… seguí mirando así a
YamaPi, seguí con mi cara hasta que estuvimos instalados en el comedor de esa
casa…
-¿De cuándo
acá tú decides cuando puedo besar a mi ángel? –Le dije con malicia.
-Taka…
-Dijo Yuya sonrojado.
-Desde que
yo regulo la protección de esta casa –Dijo sonriendo con aire superior.
-¿Eh?
-Así es
Taka… Los ángeles y demonios como sabes tenemos una especie de señal única que
hace que nos puedan encontrar donde estemos, la mía y la tuya son fuertes…
YamaPi dice que controlar la protección de la casa es difícil.
-¿Eh?
-El ángel
olvidadizo lo dijo bien, ustedes dos son seres muy poderoso y es desgastante
cuidar que no los encuentren…
-¿Y eso que
tiene que ver con que bese a MI ÁNGEL?
-Taka… no
te comportes así…
-Tiene que
ver que cuando se ‘besan’ su poder supera el mío y la protección se pierde, los
localizan y los separan ¿Feliz?
-¿Es por
eso? –Le pregunté a Yuya… el asintió con la cabeza.
-¿Y no me
crees? Demonio bonito… ¿si no lo dice tú ángel no me crees?
Lo ignoré y
abracé a Yuya, tal vez no lo podría besar pero si podría abrazarlo y disfrutarlo
tanto como quisiera…
Y
fueron los días más felices de mi existencia. Aunque igual ardía en deseos de
besarlo y hacerlo mío… me resistía, me bastaba con abrazarlo todo el santo día…
Y al parecer él también… Pero no nos dábamos cuenta…
YamaPi
decaía día a día.
Había días
en que sin que nos diéramos cuenta cancelaba entrevistas y cosas así por el
cansancio, pasó bastante tiempo como para que nos diéramos cuenta de lo decaído
que se sentía, Shige en ocasiones intentaba ayudarlo… pero no podía… Yuya y yo estábamos
siendo egoístas…
Una noche
mientras estábamos acostados y abrazados me comentó lo mal que se veía YamaPi y
coincidí con él, nos iríamos… par ano causarle más daño a YamaPi… No le
diríamos anda a Shige…
Decidimos
irnos una mañana…, Shige estaba en la entrada de la casa cuando estábamos por
irnos…
-¿Saben que
YamaPi no podrá protegerlos, verdad?
-Si... pero…
-Empecé a decir
-YamaPi está
en mal estado por nuestra culpa –Dijo mi ángel.
-¿Y eso
qué? Él lo está haciendo porque quiere…
-Pero
podría…
-Si van a
desaprovechar su ayuda mejor bésense y que suceda lo que tenga que suceder… en cuanto
salgan de aquí… YamaPi no los podrá ayudar.
Yuya y yo
nos miramos… sabíamos que todo acabaría saliendo de ahí…
-Taka…
¿Crees que nos castiguen?
-Sí, es posible…
no, es seguro que nos castiguen.
-¿Vale la
pena?
-Para mí
todo vale la pena por ti…
-Taka… -Se
acercó a mí y lo abracé.
-YamaPi
sabía que esto sucedería -susurró Shige…
Y yo besé a
mi ángel… lo besé con delicadeza… sentí como la protección se rompía y como
llegaban los arcángeles y Mi señor Ryo…
-Castigo…Dos seres como ustedes no deben estar juntos
-dijeron Mi Señor y el arcángel.
**************************************
Tokyo, 2470
Iba rumbo a
mi casa, estaba abatido por la muerte de mi madre de hacía ya dos años, hoy era
su aniversario, mi madre siempre me cuidó pese a que mi padre nos abandonó…
-Tanto ayer
como hoy, siguen repitiéndose, y el mañana parece estar fuera de alcance. Continuaré mirando hacia adelante, con el tiempo llegará, no pondré ni el más
mínimo esfuerzo en seguir persiguiendo el pasado ¿Cuántas veces tengo que
desear poder llegar hacía ti?
Esa mágica
voz con esas palabras… es una canción… viene de la televisión…
Es un chico
que canta y baila… viste de rojo y negro… miro sus ojos… Y todo regresa a mi
mente…
-Taka, el
castigo acabó, te recuerdo ahora… Ya no desees más, yo llegaré a ti…
Corro por
un toda la ciudad, el castigó terminó, yo te recuerdo Taka… ¿tú me recuerdas a
mí verdad? Sé dónde está esa compañía… Tengo que llegar ahí… Taka Déjame decirte
que yo…
Llego a ese
lugar, está repleto de mujeres, me abro paso… él me mira de puro milagro…
-¿Taka? –El
me mira… y sonríe… si es él, mi demonio, ahora humano…- ¡Te amo!
Sus ojos se
aclaran…
“Ha pasado
mucho tiempo desde que deseé poder llegar a ti”