martes, 14 de febrero de 2012

14 de Febrero

Debo actualizar lo sé, lo siento, la escuela asficxia a veces~

14 de febrero

Mi madre me ha dejado en mi perchero el traje negro que recién compró especialmente para hoy, para mí, para este día en especial, hoy que se cumple un año más, le he dicho a mis padres que iré sólo como de costumbre pero de etiqueta como se debe.

Mi madre me ha deseado suerte y me ha dado un paraguas que he rechazado gentilmente, si llueve quiero mojarme, así tal vez…

Koyama esta con Shigeaki y me sonríe desde el auto, se nota que ha estado esperando un buen rato, se nota que esta dispuesto a acompañarme, como lo ha intentado cada año desde entonces, Shigeaki seguramente estará preocupado…

Las calles están decoradas con corazones rosas y rojos, rosas blancas y rojas principalmente, cajas de chocolates, hasta algunos globos, que romántico es el catorce de febrero, que romántico es para todos, que romántico era para mí.

Koyama llama mi atención pero lo ignoro, Shigeaki baja del automóvil.

-Vamos, no dejaremos que vallas sólo de nuevo.

-Saben bien que iré sólo ¿No?

-Tegoshi, no seas terco... te haces daño. Tal vez deberías olvidarlo ya. Han pasado ya 3 años.

-¿Y?

-Mucho ya habrían reconstruido su vida, y es más hasta tuvieran ya su pareja nueva, estarían bien, tu no lo has superado, déjalo pasar un año, el ya no siente… Ya no pueden ni son nada en lo absoluto.

-¡El sigue siendo todo para mí!

-¡Olvídalo ya!

Pero no lo dejé que me dijera más, no estoy dispuesto a que me diga más, si él y ano siente, él ya no... Posiblemente jamás sienta algo de nuevo, ¿Pero que sería de mí si no confió de menos en eso? Para mí sigue siendo todo.

Y tiene razón Shige... ya van tres años.

Hace tres años en este día tras decláranos mutuamente; diciéndonos que nos queríamos más que como amigos pese a todo, pasó eso… Pasó algo que me ha marcado, algo que no sé si pude haber evitado…

No ha despertado… desde ese día, en ese accidente... del que me culpo.

Tal vez si hubiera sido yo no hubiese pasado a mayores, y quizás seríamos más felices, quizás estaríamos celebrando como todas las parejas… Porque… ¿Quién iba a pensar que tendría problemas cardíacos tan severos?

‘No es tu culpa’ dijo su madre, ‘Era así desde un principio’ dijo su padre, ‘Taka no era muy fuerte desde un inicio, pero créeme, esta bien, me dijo su hermana.

Dije lo siento, me sigo culpando, si hubiera sido yo, tal vez una fractura como mucho y estaría bien, pero no, me aventó y le reclamé pero ya era tarde, no es justo, si hubiera sido yo.

Estoy corriendo por un camino que conozco, me lo sé inconscientemente de memoria, antes iba todos los días, luego mis padres y los de él me lo impidieron, sólo cada semana o dos si tengo suerte, pero hoy definitivamente no esperaré a que me den permiso. Iré.

Hoy es nuestro aniversario. Y podría despertar de ese sueño.

Al llegar al hospital las enfermeras me saludan ¿cuándo entenderán que no me parecen en lo más mínimo atractivas?, No importa, voy al cuarto de siempre, no hay nadie…

El doctor que me conoce bien me ve:

-Tegoshi-kun… ¿Por qué tan arreglado? ¡Las enfermeras deben trabajar!

-Am es catorce…

-Si, lo sé, he recibido un par de chocolates.

-¡Tanaka-sensei!

-¿Qué?

-¿Dónde esta Massu? Mi Massu, Usted sabe…

-Tegoshi-kun… ¿No se lo dijo Masuda-san?
-¿Eh?

-Su corazón ya no tiene remedio… esta por ser desconectado…

Me caigo, el doctor trata de levantarme pero me aferro al piso, ¡Massu!, yo… se supone que… Hoy era nuestro día, no me puede dejar así ¡Nadie deja asía Tegoshi Yuya!

¿Qué se supone que debo hacer?, Tanaka-sensei no ayuda, sólo trata de ser divertido pero… ¿Qué puede saber él? Seguramente el ve morir y nacer a diario, esa es su profesión, pero yo... tenía de verdad esperanzas del día de hoy.

Me levanto y le obligo a decirme donde esta el cuerpo de quien más he amado, esto sólo hace que lo ame más, esto sólo ha logrado que me enamore más y más de él, esto ha logrado que de alguna manera me enamore, su semblante inmóvil y casi sin vida, pero tan adorable, es hermoso y bello, el me hace feliz, aunque sea una máquina lo que lo hace vivir, aunque sea sólo que me sientas... o no, yo sé que sabes que estoy ahí.

Lo sé, lo vi en tu mirada la última vez, yo lo sé, esos ojos sólo podían significar ‘Te amo’. Y por eso estoy aquí, porque aunque con la mirada, yo quiero decirte te amo.

Por que eso es lo que es, ¿cierto?

El doctor me ha conducido a la habitación… y ahí esta, Massu que parece sólo dormir, ¿Por qué ya te desconectarán? ¿Es eso justo? ¡NO! Alguien como tú lo merece el mundo, el mundo te necesita, tu familia te necesita, yo te necesito Massu…

Tanaka-sensei se va, corro a ti, a tu cuerpo que se que no me siente…

-Massu…

Sin respuesta.

-Mi Taka…

Los dedos se mueven, yo me caigo de sorpresa, ya maltraté mucho mi traje nuevo, no importa para nada.

-¡Taka! –Sus dedos se vuelven a mover. Se me llenan los ojos de lágrimas…

-¡Taka! –Le sigo diciendo y sus reacciones son más fuertes, parece que mueve la cara, me acerco mucho más a él.

-Tegoshi…

-Taka… -Se me quiebra la voz, estoy feliz, ha despertado, en nuestro tercer aniversario, o lo que se supone que debería ser, pero lo amo. Esta ahí, no morirá.

-Yuya… lo siento… te amo… -Me dice, y lo me acerco a él, le beso la frente, las mejillas, las manos, le beso todo cuanto puedo.

-Tonto, yo también te amo…

-Lo siento.

Cerró sus ojos y jamás los volvió a abrir, no respiró más y más grande temor se cumplió. Pero me amaba, lo sé, lo dijo y se lo dije, hoy murió, en nuestro aniversario, no he soltado su mano ni he notificado, no puedo para de llorar de tristeza y felicidad

Le pude decir ‘Te amo’.


jueves, 2 de febrero de 2012

No sé como llamarlo *Historia para el colegio*

No  sun fic en sí, es una historia que escribí para el cole ._.



Es un día normal, una tarde normal, aparentemente, estoy sola, no sé muy bien que hacer, vivo actualmente sola en mi departamento para estar cerca de la universidad y de mi trabajo de medio tiempo, era un departamento pequeño, tenía una pequeña cocina integral muy estrecha pero suficiente, un refrigerador pequeño donde había cosa que eran totalmente necesarias, mi habitación era la habitación más grande, tenía un armario grande, mi cama era tamaño matrimonial con sabanas y colchas blancas, tenía un tocador y dos burós de noche a lado de mi cama, el cuarto siguiente era un baño, igual muy pequeño, y luego esta la sala, un espacio donde había un sillón y una mesa de centro donde había una lámpara color azul, además de una televisión la cual estaba situada en un mueble de madera. Cómo vivía lejos veo a mis padres cada fin de semana si puedo, de alguna manera me estoy volviendo independiente de ellos.

Algo que me ha hecho estar lejos de ellos es mi novio… Ryo, ese chico de ojos totalmente oscuros, piel clara, y con una sonrisa realmente amable, tal pareciera que no le haría daño ni a una mosca. Lo conocí en un café, cuando no tenía ni idea de que hacer en esa zona de la ciudad.

Se mostró amable y me gustó mucho. Creo que se le puede llegar a llamar amor a la primera vista.
Y me lo creí porque cuando nos encontraron juntos sus amigos en un encuentro casual, me confiaron que él normalmente es un grosero y no le hace caso a nadie.

Y fue así como comenzamos a salir, como un cuento de hadas ¿No es verdad?

Hoy, el día esta nublado, parece ser como ya dije, normal, tocaron a puerta, sonreí al escucharlo, era claro y tenía cierto ritmo, claro, sólo podía ser él. Me levanté con calma a abrirle, seguro que quería que fuésemos a pasear o a comer o quizás sólo venía a platicar, la verdad no importaba mucho, estaríamos juntos.

Lentamente abrí la puerta, y efectivamente era él.

Le saludé y quise besarlo, no se dejó, pasó de largo y yo cerré la puerta ¿Qué pasaba? No sabía, pero quería saberlo ya. Lo seguí y estaba en la sala ya, se sentó y tenía un aura extraña.

-¡Estoy harto!

-¿Eh?

Me tomó por los hombros, me miro enfurecido, de una manera nunca antes vista por mí, me dio miedo y baje la mirada, ese fue el primer error de mi parte en ese momento.

Me zarandeó y yo no entendía la razón jamás lo había hecho, me sentí lastimada aunque eso no era ni la mitad de dolor que en mi vida había sentido, no le agarraba sentido a lo que estaba haciendo.

-¿Qué te pasa, Ryo? –Le pregunté claramente preocupada, el jamás había puesto una mano sobre mí, y la verdad su actitud de ahora me preocupaba un poco, bueno un mucho, más que nada era el dolor de no saber que pasaba.

No me contestó, tan sólo me soltó y se fue a una esquina de la sala, se puso una mano en su cara, no me volteó a ver ¿Qué rayos le pasaba? Así no era jamás, nunca se comportaba así.

-¿Estas bien? ¿Sucedió algo? Tú nunca eres así ¿Qué te pasó? ¿Qué te hicieron?

-Eres…

-¿Ah?

-Eres realmente fastidiosa, ¿Qué ganas de hacerme tantas preguntas tan estúpidas?

-Pero… ¿Qué rayos…?

-Tu…- Me decía y se acercó de nuevo a paso veloz hacia a mí, esta vez me soltó una bofetada- eres un juguete. Necesito divertirme –Me dijo siniestro, un gran error fue no creer en esas palabras.

-¿Divertirte? –Dije sobándome la mejilla con mi mano, la sentía roja, ardía, pero estaba en realidad confundida.

Él me obligó a verlo a la cara, yo no quería, pensaba que era mejor dejarlo sólo y luego hablar con él, pro claro, él, no me dejó, me tomo por la muñeca aplicando fuerza, me dolía un poco, pero no podía hacer nada, estaba confundida.

Cuando lo sentí me aventó contra el piso, la mesita de centro se tambaleó, me dolió, y lancé un quejido de mis labios. Algo cálido, su mano, ¿Me acariciaba el rostro?, no sólo me contemplaba para luego darme un par de cachetadas.

Entendí entonces que tenía que defenderme.

Pero yo era mucho más débil que él.

Forcejé, ahora me golpeó, yo a mi manera y como pude al borde de la desesperación de irme me zafé de él, iba arrastrándome prácticamente hacia atrás, quería salir de ahí. No me lo permitió.

Me tomó del tobillo y me jaló hacia a él, quedó encima de mi, empezó a pegarme a puños, yo lloraba.

-¿Qué te hice?

-No te hagas la desentendida…

Dijo entre golpe y golpe, yo lloraba, me dolía, y creo ya sangraba.

Ahora me tomó el cabello, estaba yo cansada y adolorida, estaba prácticamente tirada en el piso sin poder moverme bien, me jaló el cabello hasta que me puse de pie, o algo similar, sus ojos eran inexpresivos ahora ¿Qué sucedía?

Literalmente me arrastro, golpeándome con todo lo que estaba a su paso, los muebles, las paredes, la puerta, cualquier cosa que pudiera hacerme daño, yo lloraba le pedía que parara, pero parecía que esta sordo o que mi voz no podía ser escuchada, eso me dolía.

Llegamos a mi cuarto, me aventó a al cama y medio le di gracias a Dios de que fuera contra la cama que era suave y no contra el armario o el piso.

Salió del cuarto, y yo pensé en cerrar la puerta, pero me dolía todo el cuerpo no podía con ello, así que esperé impacientemente, tenía mucho miedo, las lágrimas caían por mis mejillas frenetícenme, ¿Por qué me hacía esto?

Llegó y temblé de miedo, lo sentía venir, si eso estaba cerca, ya se me acababa mi tiempo.

Recuerdo que aunque dolía me gustó, recuerdo que el liquido rojo correr por mi cuello, por mis brazos mis piernas, si me estaba cortando el cuerpo, con lo que podía,  había ido por un objeto punzocortante a la cocina, no sé por que.

Gemía y gritaba de dolor puro, sin embargo el no parecía parar, más de una vez le solté una patada o una cacheta, pero parecían no hacerle daño en lo más mínimo, después de recibir más golpes y coartadas, pedirle piedad muchas veces, ya no sentí nada más.

Pero eso no importa ya ahora, jamás importará, ya desperté de ese tipo de sueño,  pero no lo culpo, no sé aún por qué me hizo esto, no sé que hice mal, tal vez sólo estaba molesto por su trabajo o por un amigo, o quizás y sí hice algo mal.

Pero no importa yo sé que el no quería hacerlo…  si no fuera así ¿Por qué estaría llorando ante la tumba? He despertado del sueño de la vida, ahora estoy despierta en este mundo si, el mundo de los muertos, ya no llores, se que no querías hacerme daño.